Sigüenza exige pocos esfuerzos al visitante que desea conocer siquiera en unas horas
más de un milenio de historia viva. Basta sólo un espíritu curioso y tener la vista atenta para
descubrir ese detalle único que aguarda paciente sólo para nuestros ojos. La esencia de esta
ciudad se esconde en la piedra, el hierro, la madera...para mostrarse detrás de cada esquina.